El mimbre (III)
COSECHA
La cosecha del mimbre se realiza a principios del invierno, una vez que se han caído las hojas. En el primer año, los rendimientos pueden ser bajos (3,5 a 5,5 ton seca por hectárea). Sin embargo, es conveniente cosechar todas las varas con el fin de incentivar el crecimiento del año siguiente. Durante el segundo año, los cuidados culturales (desmalezado, riego y fumigado) deben continuar. Los rendimientos de cosecha, en ese año, se triplican, obteniéndose cerca de 9,5 a 12,5 ton seca por hectárea, y aún más si los cuidados silviculturales son más intensivos. En el tercer año los rendimientos alcanzados son de 18 a 25 ton secas por hectárea.
En los años posteriores, y hasta la octava temporada de crecimiento, los incrementos en rendimiento continúan, pero a tasas cada vez menores. A partir del octavo año los rendimientos comienzan a bajar y al cabo del año 20, se recomienda descepar y plantar nuevamente con el objetivo de compensar las pérdidas de productividad debido al envejecimiento de la cepa.
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