Unidades Fisiográficas
La Serranía Alta de Cuenca combina una gran variedad de unidades fisiográficas como elementos de gran valor paisajísticos, entre las que caben destacar:
- Presencia de Parameras y Muelas, con una altitud elevada. Éstas zonas están cubiertas por grandes bosques de pinos, algunas manchas de quejigos y en zonas altas y desoladas aparecen algunas sabinas.
- Hoces, de gran belleza, que dividen y rompen la continuidad de las parameras y muelas, son numerosas al tener un gran número de ríos que nacen en este sector montañoso, como son el Guadiela, Escabas, Cuervo y Trabaque, todos estos afluentes del río Tajo y que fluyen hacia el Oeste. Forestalmente constituyen espectaculares bosques de ribera con álamos, sauces, tejos, tilos, avellanos e incluso acebos.
- Surcos Intramontañosos, labrados a favor de las rocas más blandas, se sitúan en el corazón de la Serranía, de ahí su nombre. En estas zonas la deforestación fue muy intensa en épocas pasadas para conseguir crear grandes zonas de pasto que han sido los agostaderos de la trahumancia. Aquí la vegetación prácticamente ha desaparecido por la mano del hombre, salvo en las orillas de los ríos, y en algunos lugares aparecen plantaciones de mimbreras, que en el principio del invierno forman unos extensos mares de color granate.
El armazón rocoso en el que se sustentan estas unidades fisiográficas no es excesivamente complejo: constituido por un conjunto de rocas sedimentarias de la era Secundaria o del Terciario inferior, gran parte de origen marino y comprimidas por el movimiento orogénico alpino, que ha generado las principales montañas europeas. Como consecuencia de ello se formó una importante cadena montañosa que luego fue sometida a un intenso proceso de erosión cuyo resultado final ha sido la creación de una extensa superficie aplanada, una superficie de erosión que perfila la topografía horizontal culminante de las muelas y parameras. La posterior incisión y encajamiento de los ríos que ha acabado por remodelar la Serranía, así como los procesos kársticos, permite caracterizar sus principales rasgos.
Por tanto, el paisaje actual de la Serranía es consecuencia de la actuación de una serie de factores que, básicamente, son los siguientes:
- Los rasgos estructurales y geológicos.
- Los procesos erosivos y kársticos, y su continuación hasta los tiempos recientes.
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