Nos quedamos sin agua
Después de otro año sin grandes lluvias en la cabecera del Tajo y Guadiela, los grandes embalses de Entrepeñas y Buendía, dos enormes balsas de 2.474 hectómetros cúbicos de capacidad, se vacían. Hace dos años tenían 838 hectómetros; hace un año 360; hace un mes 265, y ayer tenían 241 hectómetros, sólo uno por encima de la línea roja de los 240 hectómetros que impiden trasvasar agua a levante.
El director general del Agua de Castilla-La Mancha, Fernando Ortega (PSOE), afirma que "no es una sorpresa que los embalses lleguen a la línea roja, lo llevamos advirtiendo desde hace dos años". De los 241 hectómetros restantes, 199 son lodo y fango prácticamente inservible.
La sequía se ha cebado con la cabecera de Tajo. En los últimos 12 meses han entrado en los pantanos 300 hectómetros de agua, menos incluso que en el mismo periodo entre 2004 y 2005, el más seco desde que hay registros. La media histórica es que lleguen 850 hectómetros al año.
La sequía es imprevisible y puede acabar de golpe. En los embalses de cabecera del Tajo, tras perder 120 hectómetros en el último año, otro otoño seco sería dramático.
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